El nuevo año maya: oportunidades y desafíos

Foto: Cheska Patow

Un ciclo de tiempo es un aprendizaje que nos permite evolucionar hacia un nuevo estado de conciencia, un despertar espiritual y una oportunidad más para que la humanidad desande lo andado y retorne al propósito Espiritual del Universo.

Gama Conciencia Sanadora

El pasado 24 de julio se terminó el año maya de la Tormenta Lunar Azul. Dudo que alguien tenga cuestionamientos acerca de cómo los últimos tiempos estuvieron permeados por la energía de la tormenta: tiempo de cambios drásticos, fuertes transformaciones, purificación y limpieza de forma acelerada. La misión era transformar nuestra consciencia para superar los desafíos que afectan nuestra vida tomando como fuente de información el caos que teníamos frente a nosotros. No han sido tiempos sencillos para la humanidad, pero estos eran necesarios y pertinentes para derrumbar los modelos sobre los cuales está construida nuestra idea de bienestar y felicidad.

El 26 de julio inició un nuevo año maya que culminará el 24 de julio del 2022. Es relevante mencionar que este año está compuesto por 13 ciclos lunares de 28 días. Los mayas, al igual que otras culturas, comprendieron que el tiempo no debe tener una connotación material como nuestro calendario gregoriano sino una conexión con el universo, teniendo en cuenta el sol, la luna y la galaxia. 

Empezamos el año de la Semilla Eléctrica Amarilla de la onda encantada del Viento Magnético Blanco. Así como lo dice su palabra, es un año de sembrar en nuestro interior aquellas cosas que deseamos cultivar en nuestra vida. También, de sintonizarnos con el servicio hacia este planeta, principalmente para comunicar con nuestros actos que no hay mayor poder que el amor por los otros seres vivos.

Esta energía de siembra estará guiada por el sello Estrella, una invitación a vivir desde la armonía. En la medida que logremos armonizar nuestro día a día, lograremos estar atinados para sembrar cosas positivas en nuestra vida. En ese sentido, hay que limpiar el terreno para que sea fértil, es decir, es un momento propicio para decirle adiós aquellas cosas que le quitan energía a nuestro cuerpo, mente y alma, de tal forma que podamos sembrar sobre un campo fértil. Ahora, un gran aliado en este camino será el Águila, esto ratifica que el servicio hacia el planeta es indispensable en nuestras siembras. Esto se puede materializar creando proyectos, ideas, empresas, iniciativas con un fin o alguna conexión de ayuda a las personas o el medio ambiente.

No obstante, cada año trae desafíos, el de esta energía es el Mago, por lo que será fundamental el manejo que le demos a nuestra mente para estar en el aquí y el ahora. Si logramos vivir en el presente, podremos hacer una siembra provechosa tanto en nuestro interior como en las contribuciones que queremos compartir. La justificación es sencilla, si estamos atrapados en nuestro pasado o preocupándonos por el futuro, no tenemos claridad para saber correctamente nuestras verdaderas motivaciones y donde se conecta nuestra pasión. Por ejemplo, venimos de un año con muchos hechos negativos (en lo político, social y en temas de salud), estos pueden vulnerar nuestra confianza en que aquellas cosas que sembremos se vean afectadas por el contexto, sin embargo, la energía está diciéndonos que el éxito dependerá de nuestra conexión con el presente.

Un tema esencial en este año es que la semilla nos pide confianza sobre la sabiduría que tiene el universo con sus tiempos. La semilla invita a realizar las cosas en su debido proceso, sabiendo que después del paso uno sigue el dos y luego el tres. No intentemos impacientarnos por querer obtener ya esos anhelos profundos que tenemos, ellos requieren trabajo, proceso, esfuerzo y disciplina. Desde la energía de la disciplina y la confianza el florecimiento estará asegurado.

Por último, es un tiempo con muchos beneficios para educar y ser educados. Quienes tienen vocación de formar, este es el año para sembrar en los individuos la semilla que quieren ver florecer en ellos. Para quienes disfrutan de aprender, es un buen momento para formarse en temas que posteriormente les permitirán madurar mejores frutos.

Son tiempos para recordar que el terreno fértil no está afuera sino adentro. Si estamos conectados con nuestra fuente, no hay nada que aplazar y todo está por volver a iniciar.

Namasté

Un comentario en “El nuevo año maya: oportunidades y desafíos

  1. Ahora, con una mente más clara y relajada entiendo el sentido de cada palabra. Es alentador saber que después de tiempos de cambios y profundas transformaciones viene el momento de sembrar. Que este nuevo año maya que está iniciando nos traiga más presencia en el ahora.

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