
“El SENTIDO del Cielo consiste en esto: disminuir lo excesivo y completar lo insuficiente. Pero el sentido del hombre no es así, pues mengua en lo carente y se le ofrece a lo abundante”
Lao Tsé
Hace poco me encontraba en un almuerzo con mi madre hablando sobre el sentido de la vida. Un tema tan amplio como profundo, el cual afortunadamente nadie tiene la última verdad, porque considero que es algo íntimo y especial de cada ser humano. Comenzamos a preguntarnos ¿hay que tener un sentido en la vida? ¿Es importante tener un sentido en esta vida? ¿Por qué el sentido es una pregunta que inquieta tanto a algunas personas? ¿Por qué para algunas personas tener un sentido claro es su brújula de vida? ¿Por qué algunas personas no les inquieta en absoluto tener un sentido para su vida? ¡Todas preguntas razonables! Pasando los días, entre la introspección y la observación concluí que el sentido es algo valioso de preguntarte. Ahora ¿Cómo encontramos el sentido a la vida?
Lao Tsé, conocido en China como el “Viejo Maestro”, en su obra el Tao Te King, hace toda una explicación del SENTIDO y la VIDA. Lao Tsé en uno de sus escritos comenta:
“Todo el mundo dice que mi SENTIDO es grande, pero que es, como si dijéramos, inútil. Si fuera útil, ya habría empequeñecido tiempo ha. Yo tengo tres tesoros que aprecio y conservo. El primero se llama: amor, el segundo: mesura, el tercero: no osar encabezar el mundo. Gracias al amor, se puede ser valiente; gracias a la mesura, se puede ser generoso. Y por no osar encabezar el mundo se puede estar a la cabeza de hombres perfectos”
Encontramos que el sentido tiene que ver con nuestro interior, como sentimos, como sale nuestro corazón, como se guía por lo esencial y no las formas, casi que un SENTIDO que no es guiado por las pretensiones de la imagen o lo material sino lo que se descubre en cada corazón y como lo hacemos andar. Por eso seguramente, Buda mencionaba en el Sutra del Corazón y Sutra del Diamante “ Haz surgir un corazón que no resida en el sonido, el olor, el gusto, la textura, ni los Dharmas. No residas en ningún objeto externo y haz surgir ese corazón”
Ahora, venimos a este mundo a interactuar y relacionarnos con un entorno determinado. Es de valientes quienes desarrollan su búsqueda interior enfrentándose al día a día de la matriz 3D, esa caracterizada por las cosas condicionadas, las formas y el deseo constante. En esa interacción con el ser humano – con todas sus paradojas y contradicciones- debemos explorar nuestra búsqueda del sentido de la vida, porque somos unidad, todos somos uno y cada uno hace parte del todo.
Algunas pistas
La familia, los amigos, la mascota, el trabajo, la comunidad, la ciudad, el país; espacios donde nos relacionamos y comunicamos son la oportunidad perfecta para ir encontrando pistas sobre ese sentido. Observar, escuchar y sentir lo que pasa en nuestro entorno son aliados para esa búsqueda. Esto requiere estar atentos, dejar un centrismo en nuestra realidad y observar que sucede, en eso vamos encontrando que por alguna razón estamos en ese lugar.
Otra pista es servir, servir y servir. Dejar de lado la actividad rutinaria del fin de semana, la misma actividad de siempre y tomar camino a un barrio vulnerable, un orfanato, una casa de adulto mayor y como alguna vez leí, simplemente salir con un plato de arroz y lentejas a la calle hasta encontrar un habitante de la calle que tenía su estómago probablemente vacía.
Una última pista es explorar nuestros desafíos de vida. Frase de cajón “lo que más nos cuesta es lo que más debemos aprender” Sin embargo, la vida es un constante aprendizaje, evolucionamos a cada instante, prácticamente es una espiral, volvemos a vivir los mismos desafíos una y otra vez en diferentes momentos de nuestra vida, de pronto cambia el sujeto y el objeto pero el desafío se mantiene. En esos desafíos, errores y adversidades encontramos mensajes que nos llevan al sentido porque probablemente en ellos descubrimos ese ser que no sabía que podía superar la adversidad, cambiar cuando se equivocó o se superó a sí mismo para darle la vuelta a la vida.
Sumando observar el entorno, servir y explorar nuestros desafíos podemos encontrar caminos hacia el sentido. Estos componentes podrían llevarnos a una conclusión, la cual debo agradecerla a la persona con la que empezó esta conversación: mi madre. Y es que a veces no sabemos ¿Cuál es el sentido de nuestra vida? Pero si podemos descubrir que nosotros somos un motivo para otras personas y eso es un suficiente sentido para desarrollar nuestra vida. Por ejemplo, cuando doy servicio a otras personas, soy un motivo para aquellas personas que obtienen lo mejor de mi de forma desinteresada. Cuando encuentro que mis errores también fueron enseñanzas para otras personas o simplemente un rol como esposo, amigo o familiar que brinda cariño y felicidad, son cosas esenciales, sencillas que dan sentido al día a día.
Namasté
Excelente Pipe!
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Muchas gracias 🙂
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