¿Cómo manejar nuestro apego o anhelo al “Yo”?

Foto: Cheska Patow

Vive tranquilamente el momento y observa la belleza de todo ante ti. El futuro se cuidará de sí mismo.

Paramahansa Yogananda

Una de las cuatro nobles verdades que enseñó Buda en su primer discurso de enseñanzas en Benarés, India, hizo referencia a que la causa del sufrimiento o insatisfacción humana es el anhelo o apego, es decir, el sufrimiento o insatisfacción humana es causada porque tenemos un apego o anhelo a algo que deseamos ya sea intangible (placer, alegría, diversión, reconocimiento) o tangible (dinero, bienes, cosas en general) donde cualquiera de ellos tienen la característica de ser impermanentes.  Siempre van a cambiar, moverse o destruirse.

Lo primero que debemos comprender es que no hay que satanizar el apego, es algo que hace parte de nuestra naturaleza y de hecho los anhelos más profundos de nuestro corazón muchas veces nos llevan a un estado de felicidad muy grande. Desde la piscología, se ha demostrado que nuestra especie desea felicidad o placer, incluso la planeación de una actividad o proyecto que me va a dar felicidad futura me brinda placer. Esto lo explica muy claro el profesor Robert Wright (recomiendo que sigan sus cuentas en redes sociales) como algo que hace parte de la selección natural. Lo segundo, según cómo nuestra sociedad ha ido “evolucionando”, sus anhelos o apegos han ido transformándose y no podemos comparar los anhelos de nuestros padres con los nuestros, sin embargo, la constante es que siempre hay algún anhelo o apego a conseguir “algo”. Por último, anhelo o apego también aplica para emociones negativas, por ejemplo, cuando tengo miedo de arriesgarme a hacer algo nuevo, el miedo proviene de un apego a un “qué dirán o “qué me diré”.

Tenemos un apego fuerte a un “yo”, “yo soy”, “yo quiero”, “yo deseo”, “yo sé hacer” “yo he experimentado”. Ahora, hagamos un ejercicio: durante tres minutos cierra los ojos, quita todos los títulos, experiencias, relaciones familiares, parejas, amigos, bienes, sueños y metas, y pregúntate: ¿quién eres? Probablemente, llegues a ubicarte en un extremo donde crees que eres nada, básicamente que estás vació sin esas cosas o al otro extremo donde crees que eres la suma de todas esas cosas. El problema que se nos presenta es que en el momento en el que nos quitamos todo eso creemos que nuestro SER no tiene sentido, pero es todo lo contrario, nuestro ser comienza a vivir desde lo esencial, porque lo primero que vamos a valorar es conectarnos con nuestra fuente interior como base de nuestros pensamientos, palabras y acciones.  

Abrirle la puerta a dejarse morir

Dejarse morir o dejar morir algo es una experiencia liberadora. Cuando nos permitimos dejar morir nuestra personalidad para darle paso a una reinvención vienen grandes destellos de luz en nuestra vida. Esos momentos de luz sólo llegan cuando abandonamos lo viejo y le damos paso a lo nuevo. Me gusta un ejemplo que me enseñó hace unos años Ximena Duque Valencia, también la recomiendo para que la sigan en redes sociales y se la jueguen por tener una sesión con ella, quien me decía: si tienes agarrado en tu mano un billete de 10 dólares y pasa frente a ti el billete de 20 dólares, la única manera de tomarlo es soltar el de 10 y tomar el de 20, pero desafortunadamente tenemos tanto apego por ese billete de 10 dólares, nos da miedo soltar lo que tenemos, desde un ideal hasta un simple auto o prenda de vestir. Eckhart Tholle tiene una frase magnífica: “el secreto de la vida es morir antes de morir y darse cuenta que nada ha muerto”. Cuando llega el momento de la muerte no existe religión, ideología, creencia, personas, títulos o logros, solo queda nuestra consciencia. Si logramos vivir con esta claridad, podremos avanzar ligeros sin tanta carga, porque el único equipaje que tenemos es lo que contiene nuestro interior y el grado de consciencia que hemos alcanzado.

La experiencia de peregrinar la vida sin cargas, sin tantas cosas, es liberadora. Cuando no tienes el apego a lo que deseas ser o lo que tu entorno (familia, amigos, medio social) desean que seas probablemente conoces una libertad diferente pero transformadora. El mundo cuando deja de tener altas expectativas se vuelve más liviano, más sencillo y comenzamos a valorar de otra manera las famosas “pequeñas cosas” que nos hacen felices. Si logramos llevar nuestra vida comprendiendo esta causa del sufrimiento nos permitirá ver las cosas con claridad, sin las ilusiones del mundo de las formas y nuestra mente no nos dominará.

La meditación: mi mejor consejo

Cuando doy recomendaciones en las sesiones de Carta Maya llega en algún momento la meditación.. Soy un fiel creyente de la meditación como un camino para realizar una observación correcta de lo que sucede en nuestra mente, autoconocernos, conectarnos con nuestro espíritu, buscar armonía, alinear nuestro cuerpo, habla y mente, explorar acertadamente nuestras emociones y hacer desaparecer instantáneamente cosas que nos perturban.

Hablando de nuestros apegos o anhelos, la meditación nos permite mirarnos a nosotros mismos de una manera más objetiva y con una distancia sana, de tal forma que podemos identificar que esos pensamientos, emociones y percepciones que nos están afectando tienen como raíz un apego. Mediante la meditación podremos disolver y liberarnos de estos anhelos, probablemente estos desaparecen espontáneamente porque la mayoría de las veces no son reales esas cosas que nos están impidiendo avanzar o causando perturbación, ansiedad o miedo.

Puede parecer que una vida sin apegos o anhelos suena bastante aburrida, sin propósito o brújula. Sin embargo, sigo encontrando que allí reside nuestro sufrimiento humano, queremos siempre encontrar algo que nos dé sentido a vivir, ese proyecto que sí nos hace resonar esa ideología en la que sí me conecto, ese ideal que sí me hace vibrar. A cambio de todo eso, llenarse de la absoluta presencia de nuestro “Yo interior” y las famosas pequeñas cosas: tomarse un café, ver un pájaro, un árbol, ayudar a alguien desinteresadamente, hablar con un amigo, reírse o simplemente descansar. Mi creencia es que ahí el ser humano encontrará una felicidad tal vez con menos adrenalina o éxtasis pero sí más duradera y sostenida en el tiempo.

Namasté

2 comentarios sobre “¿Cómo manejar nuestro apego o anhelo al “Yo”?

  1. Gracias Pipe por no solo llevar en ti el mensaje que hace años te di, sino por haber tenido la valentía de practicarlo y hacerlo una realidad en tu vida.

    Hoy me honra profundamente estar leyendo tus vivencias y ser testigo de tu coherencia, de tu evolución y de tu maestría.

    Gracias por estar llevando tu esencia por el mundo, iluminando cada Paraje con tu potente luz.

    Y por estar tocando el corazón y la conciencia de todos los que tienen la fortuna de conocer su esencia a través de tu sabiduría maya, heredada de tu madre a quien honro y bendigo cada día de mi vida.

    Inlakesh alaken

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