¿Cómo no quedar atrapado en el entorno, cuerpo y tiempo? Dos consejos para salir de la trampa

El nuevo lujo es experimentar, vivenciar, aprender. El nuevo lujo es conocimiento. Una visión abrazadora sobre el nuevo mundo en que vivimos en nuestro paso fugaz por este hermoso planeta azul. Entonces, la búsqueda es SER FELIZ. El nuevo LUJO NO ES TENER, y si es SER.

Por este tiempo, se nos ha vendido la idea de que la tecnología es una revolución, teniendo grandes ventajas, como conectarnos de forma más integrada y rápida en el espacio y tiempo. Hoy tenemos un ser humano más conectado, integrado a su entorno y, por ende, que avanza más rápido, no sabemos hacia dónde pero se supone más rápido. De hecho, pareciera que dependiendo si Instagram, Facebook, Linkedin y/o Twitter me dan buenas noticias, hoy tendré un buen día, ¡¡¡es una locura!!!

En este escrito quiero traer a la conversación a Joe Dispenza, en su libro Deja de ser tú(muy muy recomendado para leer) Dispenzamencionacómo los seres humanos somos la consecuencia de nuestro entorno (personas, trabajos, objetos), cuerpo (me siento gordo, me siento triste, estoy angustiado) y el tiempo (apego al pasado, preocupación por el futuro de alguna situación). Dispenza los define como los tres grandes que forman nuestra personalidad y en la mayoría de las ocasiones nos tienen viviendo como robots en función de los acontecimientos del exterior, no de nuestro deseo de SER lo que queremos SER.

El entorno, definitivamente un campo donde somos impactados desde el momento de nacer hasta este instante: nuestra crianza por parte de nuestra familia, los lugares donde estudiamos, los amigos, los diferentes espacios laborales, la tenencia material a lo largo del tiempo, las redes sociales, etc. Por ejemplo, si nuestro jefe es el ideal, probablemente queremos más nuestro trabajo; si estoy cumpliendo mis aspiraciones materiales, estoy cerca de sentirme bien; o si las causas que me mueven, me contaran noticias positivas me alegro; pero si no es así, puedo sentir  que mi mundo está perdido.

El cuerpo, otra gran parte de quienes somos: alegría, autoestima, culpa, emoción, ansiedad, tristeza, orgullo, celos, fantasías, amor propio, ambición, etc. Somos la consecuencia de emociones pasadas que han dejado huellas que van forjando nuestra personalidad y se traducen en nuestros hábitos mentales y corporales. Soy una persona de baja autoestima porque mis padres me dejaron de lado, por esta razón necesito atención todo el tiempo, si esto no sucede, no estoy bien conmigo mismo, finalmente soy así, una persona de baja autoestima. Fui infiel, cometí un error, vivo con sentimiento de culpa y por ende no soy una buena persona para estar en relaciones amorosas. Fui un gran estudiante en la universidad, siento que soy muy inteligente y al ver a mis compañeros mejores remunerados que yo, me da rabia y pienso que merezco más porque soy más inteligente. Estos ejemplos hacen parte de cientos de ejemplos de los cuales somos la consecuencia de las emociones que ha tenido nuestro cuerpo, y nos convencemos que somos esas emociones que han quedado marcadas con hechos.

Por último, eltiempo, variable determinante en nuestro estado de ánimo. Nos cuesta mucho estar en el momento presente, vivimos en función del apego al pasado, tanto a situaciones positivas donde vivimos del recuerdo de los “buenos tiempos pasados”, como de forma negativa, en la cual no logramos soltar experiencias, hechos y emociones del pasado porque son nuestra vitamina para sentirnos vivos. Un ejemplo puede ser que, si a una persona le quitas el último recuerdo de una terrible relación sentimental, le puedes estar quitando bases de personalidad actual. Por otro lado, cuando no estamos condicionando nuestras acciones diarias al pasado, estamos en función del futuro, ¿dónde voy a estar en cinco años?, ¿si encontraré ese trabajo ideal?, ¿tendré el dinero necesario para el próximo año?, ¿qué voy a cenar esta noche?, ¿mi jefe estará hoy de buen humor? Vivimos pensando y pensado cuáles serán las situaciones venideras y nos perdemos de este momento.

Los tres elementos mencionados anteriormente, en la mayoría de ocasiones, van formando nuestra manera de SER. Ese SER no viene de nuestro interior, sino de cómo esos elementos están interactuando en nuestra vida desde el momento de nacer. Acá es donde quiero invitarte a preguntarte, quitando el entorno, cuerpo y tiempo: ¿eres feliz? ¿Sabes quién eres? ¿Tienes claro quién quieres ser?

Ahora, si me has seguido hasta esta parte, quiero mostrarte cómo las respuestas a esas preguntas únicamente se encuentran en nuestro interior. Probablemente, en este momento, nuestro interior es la conexión e impactos del entorno, cuerpo y tiempo, así que es el momento para que cambiemos esto y avancemos hacia un conocimiento propio: despejar esas tres variables puede ser la base para potenciar nuestro interior. Es imposible plantear en un corto escrito cómo conocerse a sí mismo, pero sí puedo brindarte algunas claves sencillas para avanzar en esa dirección y te pueden brindar beneficios en el proceso mismo.

Observa de tus pensamientos y sentimientos:

Activa un observador dentro ti. Si nos observamos podemos ordenar nuestros pensamientos y sentimientos, decantar de forma sincera preguntas como ¿por qué estoy triste?, ¿qué me tiene tan ansioso?, ¿por qué tuve tanta irá el día de ayer? El “tip” que te doy es que te imagines a tu mente y cuerpo como un río que va llevando muchas piedras, esas piedras son las cosas que pensamos y sentimos, todas, las positivas y negativas. De un momento a otro te sales del río y observas, simplemente observas todo lo que va pasando por ese río. Este ejercicio te va permitir ver todas las cosas que van pasando por nuestra mente y cuerpo, ¡¡¡son miles en un día!!!

Solo observa y reflexiona en calma eso que está sucediendo dentro ti, seguro habrá respuestas útiles. Para hacer efectivo este ejercicio, cuando te encuentres interactuando con el entorno es fundamental hacer un ejercicio consciente de hablar menos y observar más, actuar menos y observar más, concluir menos y observar más, propagar menos y observar más. Estoy convencido de que te va proporcionar nuevas ideas sobre quién realmente eres. Busca hacer el ejercicio de observación continuamente, puedes empezar cada vez que finalice el día hasta el  momento donde sea natural hacerlo a cada instante. Asimismo, intenta hacer una observación sin juzgar, es decir, observar las cosas sin darles la etiqueta de “buenas” y “malas”, muchas veces por etiquetar lo que nos sucede es que condicionamos nuestro siguiente estado de ánimo, en este caso, solo observa, analiza y reflexiona.

Al realizar este ejercicio podrás abstraerte del entorno, cuerpo y tiempo y mirarlo desde otra perspectiva, tal vez te mirarás al espejo de forma más sincera deseando sacar todo el potencial que hay dentro de ti.

Primero tu mente, cuerpo  y alma, luego la vida cotidiana: Seamos realistas, vivimos en un entorno que afecta nuestro cuerpo, medido por la variable tiempo, eso no va cambiar. Lo que podemos cambiar es cómo llegamos a interactuar con esas variables, si es desde nuestro “robot” que se levanta, se baña, come, va en taxi o bus al trabajo, trabaja, ve a su jefe y colegas, llega a casa, come, ve su serie preferida y se acuesta. O más bien a la hora de entrar al “juego” vamos con otro traje, el de una persona fluida y ligera de cargas.

Para hacer esto, el “tip” que traigo a la mesa es tener una rutina de cuidado saludable al iniciar el día. Si yo sé, te encanta dormir, el trabajo ha estado pesado, me acosté tarde, bla, bla, bla. Gastamos tanto tiempo en el entorno, que nos perdemos de llevar nuestra mente y cuerpo a nuestra verdadera casa, nuestro interior. Hagamos el esfuerzo de la rutina de cuidado, la cual solo ocupará aproximadamente el 10% del tiempo total de tu semana, por ejemplo, trabajar es el 25%. Acá va la rutina:

  1. Levántate temprano y no mires el celular salvo para ver le hora (después en camino a la oficina seguro tendrás tiempo para eso).
  2. Haz ejercicio o al menos realiza estiramientos.
  3. Medita, hay meditaciones en YouTube de 7 minutos, con eso es suficiente.
  4. Come un buen desayuno.
  5. Si vives con otras personas, ojalá puedas animarlos a que tengan una dinámica de compartir en el desayuno, son nuestros seres más importantes.

Solo realizar estas acciones te llevarán a un estado de gozo interior donde tu mente, cuerpo y alma tendrán menos cargas, las cuales podrán despejar el camino hacia ver realmente las cosas esenciales de nuestro interior sin el peso del entorno, cuerpo y tiempo.

Espero que estos “tips” mencionados anteriormente te puedan aportar a potenciar todo lo que hay en tu interior, somos capaces de crear las realidades positivas que deseemos solo si estamos creando con una energía libre de cargas y llena de conocimiento propio.

Namasté

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