La vida es el camino, no las metas

La felicidad, así como vivir, consiste en estar en el aquí y el ahora. Concepto que viene siendo explicado por siglos desde Gautama el Buda hasta Eckhart Tolle en su maravilloso libro del “Poder del Ahora”, siempre recomiendo mucho ese libro. Ese concepto nos deja un mensaje: vivir simplemente en el hoy, en el paso a paso que das, es el único camino para una felicidad duradera. Significa disfrutar cada día como si fuera el último, el vivir cada momento con la totalidad que merece, el aprovechar cada instante que vas recibiendo de la vida para agradecerlo y simplemente vivirlo. Cuando estés empezando o durante un gran proyecto para tu vida, oblígate a vivir el día a día, a sentir ese día a día, a aprovechar el problema como aprendizaje, solo vive ese camino como cuando vas subiendo la montaña y disfrutas dar el paso, sentir el aire puro, ver la naturaleza y gozar que estas vivo.

Hoy quiero tomar el riesgo de contarte una de las máximas que pienso que es la felicidad. “La felicidad es el camino, no la meta” Podría utilizar muchas analogías para hablar de esta máxima, en esta ocasión quiero hacerlo con ejemplos como subir montañas, historias y experiencias reales.

Desde hace un tiempo fui incursionando en subir cerros o como algunos lo llaman hacer “trekking”, lo cual me fue trayendo muchas reflexiones y conclusiones sobre esta vida. ¿Les ha pasado que se esfuerzan mucho por conseguir algo y cuando llega ese preciado momento de alcanzar la meta, esto dura solo un instante? ¿No les ha pasado que cuando realizan un proyecto estudiantil, cuando miras para atrás, recibir el diploma no está ni siquiera en la lista de tres cosas más importantes que sucedieron, ya que son superadas por los momentos, personas y aprendizajes que tuviste en ese tiempo? ó ¿como cuando subes una montaña, que cuando llegas a la añorada cima, ese momento de contemplación y gozo dura un instante si lo comparas con el camino recorrido, las vivencias del mismo y los obstáculos que se fueron superando?

Cuando estas subiendo una montaña, lo único que interesa es el paso a paso que vas dando. Sí, es lógico que de forma general necesitas saber dónde está la cima y los implementos básicos para hacerlo, es decir, proyectar tu meta, que caminos hay para llegar a ella – por lo general les dicen senderos – y que cosas necesitas para poder hacerlo como la ropa, implementos, comida, etc. Ahora, te garantizo que todo eso es necesario pero no suficiente para llegar a tu cima. Por el contrario, dar los pasos, ojalá cada uno de ellos con determinación y convencimiento, son tu herramienta más fuerte que te llevará a la meta.

Alguna vez supe la historia de una persona cercana, él tenía 52 años, había tenido una carrera ejecutiva interesante para los parámetros que se usan convencionalmente. Él estuvo ahorrando toda su vida dinero para el día que se pudiera jubilar, poder descansar con todas las comodidades y poder llegar hasta el final de sus días disfrutando mucho. Al segundo día de su descanso de jubilación, el señor le dio un ataque cardíaco y se murió…todos esos días de añoranza por llegar a esa comodidad y tal vez desafortunadamente no alcanzó ni a empezar lo que iba a ser ese disfrutar. Osho menciona en uno de sus libros, para que tanto afán con esta vida si en cualquier momento pasa el tren y te vas. ¿Para eso tanta ansiedad, tanto alboroto?

Otro ejemplo podría ser que sigo escuchando historias de mis amigos millenials que me cuentan su experiencia de haber estudiado una maestría en el exterior. Cuando terminan la maestría les preguntas que fue lo mejor: la respuesta más común es la palabra “experiencia”, no te dicen, ese gran momento de recibir el cartón que dice que soy Master de x especialidad.

Mejor aún, en el mundo de lo material, de los grandes objetivos y metas, conocer cientos de historias de líderes comunitarios que viven en condiciones de pobreza, ver como su día a día era el motivo de ser felices. Tengo tantos momentos grabados de personas con infinitamente menos cosas materiales que otros e infinitamente más felices y dichosos de la vida que les toco, su familia, su pareja, sus amigos, su propósito en la comunidad sirviendo a sus vecinos. Entre las tantas cosas que pienso cuando se me vienen a la mente es que vivían con un mantra personal clave “cada día trae su afán” Dicho popular pero más sabio de lo que se cree.

Por último, alguna vez, una gran maestra espiritual me dijo: tú planeas que quieres tomarte una taza de café de tu propia finca. Y dejas eso grabado en tu intención. Ahora, el secreto no va a ser pensar todos los días obsesionadamente en eso, probablemente esa energía trunque ese sueño incluso. Debes poner esa intención y luego día a día, hacer las cosas que te llevaran a eso, comprar el terreno, buscar la producción, aprender hacer café, armar el proyecto, y todo lo que valdrá la pena será ese camino. Disfrutar ese paso a paso que vas a ir dando, de repente de la nada, llegas a eso, disfrutar ese comprar el terreno, ese aprender, esos problemas que van a surgir, solamente vivir ese momento, ese camino que se va andando. De pronto algún día, inesperadamente te estas tomando esa taza de café de tu finca pero será  un instante más, en segundos ya se desvanecerá.

Es efímero el momento en el que consigues la meta, consigues ese preciado sueño. Y luego, probablemente viene la angustia existencial de ¿Que viene? ¿Cuál es mi próximo desafío? Llegan las presiones de que ahora tienes que ir por mas o te llega la falsa verdad que ahora te mereces descansar y ya todo está hecho. Ninguno de los dos caminos es el adecuado.

¿Te das cuenta de la trampa que puedes caer en la vida? Si caminas y no llegas a una meta, parece que no serás eres feliz. Es la trampa, porque lo que hace es mantenerte con una droga que te mantiene vivo, llamada “objetivo”. Así puedes estar hasta el día que te mueras y justo antes de darse ese hecho, probablemente llega la revelación que vivir no fue esas metas que lograste sino los caminos, momentos que viviste, pero más importante como los viviste.

Por eso te digo que: levántate cada mañana, agradece esa oportunidad que tienes de disfrutar las personas que tienes, lo que haces, los problemas mismos porque piensa que solo ese día es tu mejor oportunidad de ser feliz, es tu privilegio y no necesitas nada más.

Namasté

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